Primitivamente llamadas baños de Jahuel, las termas pertenecieron en un comienzo a la Familia Guilisasti, de Santa María. En 1875 Don Manuel Robles, quien ya contaba con experiencia en hotelería, arrendó el sector donde brotan las termas. En este lugar recibían a los pasajeros con carruajes, cocheros y cabalgaduras, de acuerdo con las costumbres de la época. Las excursiones prometían un lugar idílico, de clima privilegiado, lleno de quillayes, maitenes y algarrobos entre los que brotaban manantiales de aguas cristalinas formando generosos pozones para bañarse. Aunque el alojamiento era en carpa o en construcciones rudimentarias, la preparación de alimentos era de calidad y la esmerada atención de mozos con su atuendo clásico, lo convertían en una distinguida experiencia.
BAÑOS JAHUEL
LOS CIMIENTOS
La familia Guilisasti, en el año 1890 vendió parte de los Baños de Jahuel a la firma Délano Weinstein, quienes a su vez traspasaron a la firma inglés Weir Scott. Esto permitió invertir y realizar una sucesiva ejecución de pabellones con estructura de pino oregón, una clara influencia de arquitectura inglesa. Junto a estas edificaciones se fue contruyendo el entorno: parques y jardines, juegos al aire libre y senderos a los principales atractivos. A fines del siglo XIX Jahuel llegó a ser un Hotel Balneario elegante, con una estricta etiqueta, que imponía un cambio sucesivo de vestuario de los clientes según las ocasiones del día, siendo la mayoría de estos ingleses, alemanes, israelitas y franceses provenientes principalmente de Valparaíso.
LA EMBOTELLADORA JAHUEL
Paralelamente a las expansiones y nuevas construcciones del Hotel, la empresa fue desarrollando la comercialización de su agua embotellada, llegando a ser una de las de mayor consumo en el país en esos tiempos. La planta Embotelladora Jahuel, que inicialmente estuvo en el sector de las piscinas, fue trasladada en 1917 al Fundo Jahuelito del sector, pero se incendió completamente en 1953. Hoy la Embotelladora ha logrado reinventarse y convertirse en un agua premium y la única agua termal-mineral, siendo premiada en cuatro oportunidades como la mejor agua de Chile. Las Aguas termales son una gran fuente de minerales con propiedades curativas, ya que estuvieron expuestas a grandes temperaturas y presiones en el interior de la tierra.
JAHUEL Y LA COMUNIDAD
La embotelladora y el Hotel Jahuel, han significado durante muchos años una importante fuente de trabajo para las localidades aledañas como Santa Filomena, Jahuelito y Tabolango, desde donde tradicionalmente provenía la mayoría del personal. Y así fue la costumbre, en que por más de un siglo los puestos de trabajo se traspasaban de padres a hijos y a nietos como si fueran hereditarios. El comercio local también se vio beneficiado, ya que los pasajeros, al regreso de sus vacaciones, se aprovisionaban de los productos que el Valle les ofrecía. Queso de cabra, aceitunas, frutas, aceite de oliva, cortezas de quillay para lavar el pelo y pan amasado con harina candeal eran sólo algunos de los productos que lugareños ofrecían a los veraneantes.
HACIA EL SIGLO XXI
Desde 1940 en adelante, nuevos planes de construcción fueron desarrollados, incorporando amplias salas para eventos, seminario y reuniones de trabajos para empresas. Tras su cierre en el año 2000, el hotel pasó a manos de sus actuales dueños, Don Joaquín Barros y Doña Marcia Gundelach, quienes tras una millonaria inversión, comenzaron una reconstrucción de más de 7 años para finalmente reabrir sus puertas a una nueva generación de clientes.
Con un privilegiado clima, jardines como una “Eterna Primavera”, aguas termales que entregan una “fuente de vitalidad”, el privilegio de visitas ilustres como la mayoría de los presidentes de la Republica del Siglo XX y una tradición en calidad y servicio es que Termas de Jahuel se plantea hacia el futuro; por un nuevo siglo de historia.